No se trata de un nueva obra teatral sino de la polémica de la jornada, una nueva fechoría del defensa andaluz del Valencia. En el fútbol hay dos tipos de jugadores, los que provocan y le buscan las cosquillas al contrario para que pierda los nervios y otros, que suelen ser delanteros o jugadores más técnicos, que hartos de que les provoquen , se revuelven y les expulsan. Y después está Marchena, verdadera pesadilla para contrarios y árbitros, Marchena núnca hace nada, lo protesta absolutamente todo, provoca, hace teatro, estudia al contrario para ver donde le puede hacer daño, si ve que se resiente del tobillo, a partir de este momento todas las entradas van al tobillo, si sabe que ha tenido problemas en el tabique nasal, busca su encuentro con los codos enfocados a la cara...una joya. El pasado domingo después de desquiciar al jugador del Getafe, Roberto Soldado, simuló un golpe para evidenciar la revuelta del delantero y que fuera expulsado, todo un caballero. Es una especie en extinción, afortunadamente, y todos le conocen, lo que no me parece justo es que con esos antecedentes, Marchena siempre parta de cero en todos los partidos, y en pocas ocasiones reciba una tarjeta roja (muchas veces ni la amarilla). Si los antecedentes y la reincidencia sirven en otros órdenes punitivos, así debería ser igualmente en el fútbol, y advertir al Sr. Marchena que sabemos lo que hace y que de persistir irá a expulsión por partido, aunque sea en el minuto 10 de la primera parte.
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