Dicen que una causa importante del pésimo partido que hizo el Barça de Guardiola en la ida de la semifinal de la Champions contra el Inter fue el largo trayecto en autobús que tuvieron que realizar los jugadores para llegar hasta Milan a causa del volcán de cuyo nombre no quiero (ni puedo) acordarme. Parece que los elementos se alían de nuevo con Mourinho, y, si no fuera suficiente con la fuerte nevada caída ayer en Pamplona y el pésimo estado del césped, a esto se une la huelga salvaje que ayer protagonizaron tristemente los controladores aéreos y que , probablemente haga que el Barça tenga que realizar el trayecto total o parcialmente en autobús. Espero que las medidas urgentes adoptadas esta madrugada por el Gobierno hagan efecto y puedan salir los cientos de miles de pasajeros que iban a utilizar el espacio aéreo español, y con ellos el Barça. Ignoro si los controladores tienen o no razón en sus peticiones pero lo que es evidente es que han infringido gravemente la ley, pues el derecho de huelga, reconocido por la Constitución Española, es tal en función de unos requisitos y autorización previa que incluya servicios mínimos. Lo de ayer no fue una huelga sino un chantaje en toda regla que a más de uno le va a costar muy caro. Siguiendo con lo que nos interesa, espero que los jugadores hagan el trayecto de la manera más rápida y cómoda posible pues, a mi entender este partido, junto con el de Cornellá, es clave para el objetivo final de este equipo que es alcanzar la tercera Liga consecutiva. De momento van por buen camino.
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