Es curiosa la Ley del futbol que tiene un efecto boomerang respecto a las actuaciones de los dirigentes. Robinho después de una rueda de prensa esperpéntica e inaceptable para un profesional ha acabado saliendo del Madrid del mismo modo que salió del Santos: por las bravas. Y es que la historia se repite y no tiene la exclusiva el Madrid, aunque sea uno de sus mayores accionistas, pasó con Ronaldo y el PSV-Barça, a Figo con el Barça-Madrid e incluso le ocurrió al propio Laporta a quien le hicieron la misma moción de censura que en sus tiempos mozos le preparó a Núñez. Volviendo al Madrid, el dúo Calderón-Mijatovic merece un comentario aparte, han fichado caro, mal y con prisas, se han enemistado con todos los clubes de Europa (el United lo denunció a la UEFA) y también de España (pregunten a Fernando Roig), Calderón llegó a la presidencia con trucos, mentiras y demandas judiciales muy oscuras haciendo bueno (muy bueno) al ínclito Florentino, Calderón fichó a Capello para salvar la nave, éste abrió la puerta de salida a Ronaldo y Beckham, pero fue el propio enemigo (el Barça) quien le salvó la cabeza cuando nadie daba un duro por ese Madrid. La temporada siguiente (la pasada) el Madrid le ha bastado con seguir con la inercia adquirida y ver cómo el Barça se desmembraba como un muñeco de trapo. Los errores del Barça no tienen que servir para no ver la pésima gestión del dúo Calderón-Mijatovic a quien se ha unido un personaje digno de la mejor de las zarzuelas(aunque sea alemán) Don Tancredo-Bernardo, eternamente cabreado, maleducado y chulo..muy chulo. La situación es tal que una buena temporada del Valencia, Sevilla o At. de Madrid podría resultar con el título de liga para uno de los outsiders (apuesto por el Valencia), pese a los despilfarros y fanfarronadas de los dos grandes.
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