De sabios es rectificar, y Mr. Potato se encomendó definitivamente a los jugadores del Barça al alinear a Pedro por Torres, y el equipo cambió, ¡vaya si cambió! Pedro le dió bandas, circulación, desmarque, control de balón y fue una amenaza constante para los alemanes que todavía se están preguntando qué les pasó anoche. Lo cierto es que el Barça, digo España, salió a controlar el balón, y a tocarla con fluidez, abriendo a bandas, atacando a los laterales que no podían con ellos. Grande Iniesta, grandísimo Xavi, descomunal Busquets, mascaron las jugadas, trillaron el campo y tuvieron una posesión cercana al 65%. Está claro que con el partido que hicieron, el marcador se quedó corto y hubo unos minutos finales de incertidumbre cuando los teutones comenzaron a bombear balones. Pero nada de nada, ahí estaba el mariscal Piqué, inmenso ayer que se consagró como el mejor central del mundo (¿le darán el balón de oro como a Cannavaro?) y dejo aparte a Puyi, el gran capitán, aunque el brazalete lo lleve otro, metió a España en la final, en un déjà vu de su gol en el 2-6 del Bernabeu (qué desmemoriados estuvieron los comentaristas televisivos ante dicha evidencia). En definitiva, España luchará por llevarse la Copa del Mundo, por alcanzar la gloria que tantos años le fue esquiva...¡qué nervios!
Spacepower
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