domingo, 11 de septiembre de 2011

De pintxos por Donosti


La realidad es muy bruta, y se empeña en destruir en un día, lo que el hombre intenta construir en años.Podría referirme a las Torres Gemelas de cuya destrucción hoy hace ya diez años (madre mía como está pasando la vida) sino a la mentira que montó la prensa interesada sobre la Liga de dos o mejor dicho de la Liga de mierda, y sobre todo la más irrisoria, que lleva distraído al madridismo ya bastante tiempo, de que los árbitros favorecen al Barça.Un penalty que era, no pitado en Anoeta y uno que no era, pitado en el Bernabeu decidieron los enfrentamientos de ayer en favor del Madrid.Hoy el villarato nos lo hemos dejado en el más profundo de los armarios.
En fin, que ayer Pep hizo una alineación arriesgada, especialmente en defensa, con la intención de dar minutos a un machacado Mascherano que venía de la ¡India! de jugar los 180 minutos de dos amistosos, al igual que Messi, y de un Abidal a quien me da la impresión que es la última temporada que vamos a ver vestido con la camiseta azulgrana.
Era un riesgo tomado conscientemente y también necesario ante la importancia de los choques venideros. El equipo salió eléctrico y en pocos minutos y, tras muy buenas combinaciones de Cesc,Alexis y Xavi, el marcador se puso tan favorable que todo hacía presagiar que Del Nido iba a tener razón porque el partido apuntaba a goleada. Pero llegó el momento clave del partido, en una jugada en la que Alexis porfiaba un balón en velocidad, cayó lesionado gravemente el chileno, con un pronóstico inicial que no invitaba a ser optimista y que ha quedado en unos largos dos meses de recuperación.
Salió el despistado Villa por él y todo el equipo parecía perder fuelle al unísono y la Real vio claro que, si apretaban, podían poner en problemas al Barça. Así fue, y en la segunda parte los donostiarras apretaron de lo lindo, y Aguirretxe comenzó a dar serios problemas a un Busquets quien en estos lances se le notan las lógicas carencias defensivas, y en una jugada muy simple, un centro bombeado al área, el delantero vasco metió el gol que puso al Barça como un flan.
Tal fue la cosa que el empate fue un regalo de Villa, una vez más a Aguirretxe, y tiró por la borda un partido que debió ganarse sobradamente. Salió Messi en una contienda ya muy cuesta arriba y se le notaron las horas de avión en las piernas, quizás hubiera sido mejor sacar antes a Iniesta, pero hubo muchos minutos desde el empate y también mucha impotencia.
Este resultado sería más preocupante si no se hubiera repetido antes en la era Guardiola, que precisamente tiene de los inicios titubeantes y la mala digestión del virus Fifa, una de sus características.No pasa nada, estamos como siempre, el Barça remontará esta situación y volverá a maravillar, solo habrá que esperar un par de días.

Spacepower

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