Sólo la gran noche de Casillas evitó una goleada en el Pizjuán. El Sevilla pasó materialmente por encima del Madrid, sin excusas ni paliativos. Navas ridiculizó claramente a Marcelo y el Madrid se limitó a contraatacar como si de un intercambio de golpes se tratara sin ningún criterio y sobre todo con una defensa que hacía aguas por todas partes. En menos de 45 minutos el Sevilla destapó todas las carencias galácticas, que evidentemente están de medio campo para atrás. También se evidenció que los blancos no habían jugado contra nadie hasta ahora y que al final fue Guti quien tuvo que tirar del carro en el medio del campo. El Sevilla demostró ser un equipo fuerte, sólido y con recambios en todas las líneas, un claro "outsider" para la liga.
El Barça del sábado decir que evidentemente no fue su mejor partido, y aun así ganó y pudo incluso golear si Velasco Carballo no hubiera mirado hacia otro lado en las áreas. En fin que fue un partido de perfil bajo a la espera de mejores retos. De las Selecciones mejor no hablar...
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