EL PRECEDENTE

No cabe ninguna duda de que el partido de mañana está marcado por el estratosférico 2-6 de la temporada anterior. En Madrid no hay miedo, hay pánico sólo de pensar en que se pueda repetir. Por su parte en Barcelona, se ha generado una confianza, rayando en la euforia, en que se puede resolver la liga, una vez más en Chamartín. No hay que equivocarse, el partido de mañana es un melón por abrir, una vez comience, todo el pasado ya no se tendrá en cuenta y sólo valdrá lo que pase en el campo a partir de las 22h (por cierto no me gusta nada el horario, ni a Pep tampoco, una ayudita más de la Secta a FP). El Madrid, tras la vuelta del ser superior y el derroche económico y de marketing del verano, ha hecho una buena temporada en Liga y una pésima en Copa del Rey y Champions, pero curiosamente ha sido en casa donde ha perdido ambas competiciones, especialmente dolorosa la del OL, que ha condenado a Pellegrini respecto a su continuidad, por su escasa preparación del partido y por el bajón físico de la segunda parte. El Barça, por el contrario, ha tenido una temporada repleta de eventos, finales y fastos, no podía ser menos después de lo ocurrido en la maravillosa temporada anterior. Guardiola ha hecho lo imposible para que los balones de oro, intercontinentales y , sobre todo, la batalla campal por la sucesión de Lapo, no afecten al equipo, un equipo que lejos de reforzarse en verano, claramente se debilitó, con fichajes escasos y muy caros. Pese a ello el equipo ha sido lider durante la mayor parte del campeonato, pero el ya clásico bajón de febrero, llevó a un empate técnico con el Madrid en Liga. El equipo ha mejorado bastante en las últimas semanas, coincidiendo con un Messi colosal que nos hace ser optimistas cara el partido de mañana, aunque respetando a un rival que no lo va a poner nada fácil. Creo que hay que sentarse delante del televisor con confianza pero sin excesos, no obsesionarse, y pensar que pase lo que pase, todavía queda la Champions.

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