ETERNOS

Quiero escribir desde mis sentimientos.Es imposible que un equipo me pueda dar más felicidad porque la Final de ayer fue una fiesta del fútbol, del verdadero fair play y de los sentimientos nobles. El fútbol lo puso el Barça en un partido coral en el que nadie bajó de la excelencia, el fair play lo puso el United que supo perder y reconoció el mejor juego del rival sin ambages ni excusas, como auténticos caballeros y los nobles sentimientos encarnados en Puyol que supo tener un gesto eterno con Abidal dejándole la gloria de alzar el más preciado de los trofeos.El partido, a excepción de los 10 primeros minutos en los que los ingleses salieron como espuma de una botella de champagne, fue dominado ampliamente por el Barça, que montó un entramado al centro del campo de toque y salida de presión con velocidad que desarbolaba la presión del United como quien deshace un nudo de un zapato. Fue mascándose el gol hasta que el gran Xavi, alfa y omega de este estilo, le dio un maravilloso pase de exterior a Pedro quien definió como él sabe, engañando a un impotente Van der Sar. Después, una jugada aislada, precedida de un fuera de juego claro le dio el inmerecido empate al United. Así llegamos al descanso con la sensación de que el marcador había sido profundamente injusto, pero con la esperanza de que la segunda parte debía ser nuestra. Lo mejor estaba por venir.Los 20 primeros minutos de la segunda parte rozaron la perfección en los minutos de fútbol más bello que recuerdo, y en una Final de Champions lo cual le daba mayor brillo a lo que estaban viendo mis ojos. Así ocurrió lo que tenía que ocurrir y apareció Messi, el mejor jugador de la historia, y dejó su firma en esta Final, con un calambrazo histórico que se coló en la portería del espigado holandés sin que pudiera hacer más que verla entrar. A partir de ahí el Barça siguió creciendo, aún más, en su fútbol hasta que Villa dejó otra obra de arte para la historia, uno de los goles más bonitos vistos en una final, un balón muy tocado que se coló en la escuadra y cerró el partido, la Final y nuestra cuarta Copa de Europa.Para mi ya tienen sentido todos estos años en los que he tenido que sufrir muchos comentarios que cuestionaban si merecía la pena mi barcelonismo, todos estos años oscuros en los que no eramos nadie en Europa, celebrando Recopas y Copas del Rey a lo sumo.Hemos llegado al cielo y no queremos bajarnos.