miércoles, 14 de septiembre de 2011

Poltergeist (fenómenos extraños)

Muchas veces, en todos estos años de barcelonismo activo, he llegado a pensar que el Camp Nou había sido construido sobre las ruinas de algún viejo cementerio, y que los acontecimientos ocurridos alrededor de este club, secuestros, gravísimas lesiones de estrellas, finales perdidas inexplicablemente, no tenían una explicación dentro de la lógica de los mortales. También he llegado a pensar que, cuando se han ganado grandes títulos se han tenido que conjugar situaciones extraordinarias, de tal modo que solo grandes exorcistas como fueron Johan Cruyff, Joan Laporta o el propio Guardiola, han podido contener esa tendencia natural a la desgracia que planea sobre nuestro vetusto estadio.
Esta pasada noche, me ha vuelto a la memoria mi vieja teoría poltergeist, cuando llegué a la conclusión que el Barça, anoche no hizo un mal partido, al contrario, realizó un extraordinario encuentro, con posesiones de más del 70%, y sobre todo con un dominio exultante, que unas veces los palos, y otras la actuación a la desesperada de algún defensa, evitó una goleada de escándalo.Y es que el partido comenzó con una jugada de gran habilidad de Pato que se escabulló de los centrales y cuando los tribuneros todavía no se habían puesto el boletín del Barça en el asiento, marcó un gol que puso en tensión al grada.
Decía Van Gaal, otra víctima del poltergeist, que el resultado de un partido, afectaba necesariamente al posterior y anoche, la sombra de Anoeta fue alargada, y había un run run en el estadio que hacía pensar que a muchos socios la camisa no les llegaba al cuerpo. Pero estaba el eterno rebelde, el de siempre, la pulguita que, quitándose de encima el jet lag hindú realizó una jugada para enmarcar y Pedro empató el partido.Pero parece que anoche, martes y trece, los viejos espíritus estaban especialmente activos, y prácticamente, en la siguiente jugada de ataque se lesionó Andrés, otra vez Andrés, como Alexis en Anoeta, se volvió a romper, esta vez de gravedad.
Pese a los golpes, el Barça siguió jugando su fútbol de siempre, y antes del final del primer tiempo, debió marcharse por delante en el marcador en diversas jugadas en las que se desarboló claramente a la defensa de Abiatti.
Comenzó el segundo tiempo el Barça insistiendo en el ataque y, a base de insistencia y con el lanzamiento de una perfecta falta por parte del últimamente, maltratado David Villa, puso la justicia en el marcador, un marcador que nunca debió moverse.
Pero quedaba la última sorpresa de la noche, en un corner, en el que debió pitarse falta a favor del Barça, el Milan empató injustamente el partido en el último suspiro del descuento, de tal modo que ya no dio tiempo ni tan siquiera para realizar una jugada de ataque. Una noche ingrata y triste para el barcelonismo, de aquellas de las que ya nos estábamos olvidando.
Quizás nos vendrá bien, de vez en cuando, que recordemos de dónde venimos para valorar lo extraordinario del trabajo de Pep, tanto a nivel futbolístico como en el psicológico pues son muchos sables como el de anoche los que ha tenido que tragar la sufrida afición blaugrana y es lógico, que de vez en cuando tenga tendencia a la depresión.
Spacepower

1 comentario:

Anónimo dijo...

Crack, si quieres postear esta noche o mañana por la mañana una previa en el Yoya para el Barça-Osasuna, tú mismo.

Saludos!

Lenny.