lunes, 23 de enero de 2012

En sus manos


Para los que padecen de la enfermedad de la duda, el partido de ayer de La Rosaleda  es el mejor tratamiento. Porque ayer en Málaga, el Barça demostró que tiene todas las características de las que se dudaba hace unas semanas tales como ambición, intensidad y esa virtud que tanto admiramos en nuestros rivales, contundencia en las áreas.
Ayer se jugó el partido en un horario inusual y se inició con los últimos rayos de sol mediterráneo malagueño lo cual hizo que el partido diera la impresión de jugarse a finales de abril y pareciera por ello más decisivo de lo que era en realidad. Porque el partido es el correspondiente a la primera jornada de Liga, que por aquella ridícula "huelga" de mediados de agosto ha hecho que se convierta en la que cierre la primera vuelta. Aún falta muchísima Liga y habrá más tropiezos de ambos, así, quien consiga ser más regular (no necesariamente ganándolo todo) se llevará la Liga. No hay que olvidar que, los que parecen invencibles, empataron contra el Racing y han perdido contra Levante y Barça en Liga y es bastante probable que pierdan algunos más (pocos) en la segunda vuelta.
El partido comenzó con un Málaga bien situado en el campo y al Barça le costó crear las primeras ocasiones debido a la buena situación defensiva que había planteado Pellegrini. Además Isco tuvo tres buenas oportunidades que salvó un majestuoso Valdés que volvió a demostrar que, con 30 años recién cumplidos, se encuentra en el mejor momento de su carrera. Sin Xavi ni Cesc en el titular, Busquets e Iniesta tomaron mando en plaza y comenzaron a gobernar el partido creando una telaraña de pases que iban rompiendo poco a poco las defensas y llegando a la situación de Messi que comenzaba a despertar de su letargo. Otro de los destacados de la tarde, Adriano, en el minuto 32 dio el pase preciso para que La Pulga (ayer menos pulga que nunca) se elevara como hizo aquella tarde en el olímpico de Roma y batiera a Caballero en un cabezazo ajustado al palo derecho.
El gol le sentó fatal al Málaga y muy bien al Barça que, a través de la implacable dictadura de Busquets, siguió creciendo en el partido y desgastando a los malaguistas que vieron como, en una nueva internada de Adriano en que asistió a  Thiago, éste chutase a puerta y el rechace de Caballero lo metiera en la portería Alexis que se había pasado todo el partido esprintando sin demasiado éxito. Tres minutos más tarde Messi en una internada marca de la casa, mató el partido con su segundo gol de la noche. A partir de ahí, el Barça se tomó un respiro y dio descanso al trabajador Alexis, al siempre protegible Iniesta y finalmente a un acalambrado Adriano y hubo media hora de tregua hasta que Messi decidió que aquél podía ser su día y comenzó a martillear sin piedad la portería de Caballero. Marcó un tercer gol y pudo marcar dos goles más al estrellar una falta en el travesaño y desperdiciar otro uno contra uno contra su compatriota. Los puntos ya estaban en el saco y la presión estaba en Madrid.
Muchos fantasmas rondaron anoche el Santiago Bernabéu, la derrota en Copa, la agresión de Pepe, la rueda de prensa y más sorprendentemente, la portada de Marca de ayer. Bielsa planteó un buen partido y mientras las fuerzas aguantaron fue superior a un Madrid que no supo qué hacer durante una primera parte que se salvó para los blancos con una genialidad del buen jugador y mala persona que es Marcelo. En la segunda parte la primera jugada del partido fue un penalty que pitó Mateu Lahoz, un penalty muchísimo más discutible que los que no vio en Cornellá y que al Barça le pitan uno de cada tres. Ahí se acabó el Athletic y más cuando en el siguiente penalty, De Marcos fue expulsado. Parece que ayer no era el día para que el Madrid perdiera puntos. Destacar varios detalles, el primero la mirada asesina que le lanzó CRcani a Alonso tras apartarle del árbitro que le acaba de mostrar una amarilla, una mirada que mostró el pésimo ambiente que hay en ese vestuario. Después los silbidos a Mourinho en la primera parte, que demuestran que hay una parte de la grada  a quienes se le están hinchando las narices con las fanfarronadas del portugués y su clan de portugueses. Pero la guinda fue la rueda de prensa en la que el entrenador estuvo desafiante y con algún punto sórdido como cuando dijo que no leía el Marca. No sé si van a aguantar esta presión una vuelta completa.
Depende del Barça. Todos los males que achechan al madridismo vienen del máximo rival, y sobre todo de la facilidad con la que les pasan la mano por la cara, una y otra vez. Eso es realmente lo que duele, por tanto la obligación del Barça es acrecentar la herida no dejándose más puntos en esta segunda vuelta y sobre todo, lo más importante, abriendo más la brecha este próximo miércoles. Está en sus manos.

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