Hoy se juega la vuelta de la Supercopa más caliente que recuerdo en los últimos años. La maquinaria madridista ha conseguido elevar a la categoría de título mayor, una pachanga veraniega a la que los clubes le solían restar importancia. Y es que la rivalidad entre los dos grandes del fútbol es tal que convierten en un devastador incendio lo que debería ser una pequeña barbacoa. Y eso que Mourinho todavía no ha hablado. Esperemos que no lo haga pues será síntoma de que las cosas no han ido bien para las huestes blancas. Se espera un partido diferente esta noche, pues en el primero el Barça estuvo irreconocible, manteniendo únicamente su pegada frente al despliegue físico y violento de los Alonso, Kedhira y Pepe que anularon la creación y obligaron muchas veces a los defensas o al mismo Valdés a regalar la pelota a causa de la altísima presión. Hoy,(espero) el Barça será más reconocible, se espera la inclusión en la medular del trío clásico, y sobre todo, de un central con salida de balón como es Piqué. Y es que preocupa que solo tengamos un central de las características de Piqué y no se haya buscado todavía sustituto a Márquez para ejercer dicha función. Probablemente Pep confíe en Fontàs para ese puesto,pero está claro que contra el Madrid, en el Bernabéu, hubiera sido mucho riesgo alinear al canterano.
Viendo los programas nocturnos que se hacen desde Madrid, los periodistas(hola Siro)y algún ex jugador(hola Buyo) están muy bravucones cara el resultado de esta noche, y sobre todo respecto de sus posibilidades esta temporada. No aprenderán nunca, el Madrid, solo necesita una cosa para que se desmonte su gran táctica contra el Barça: que haya un buen árbitro en el campo.
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