EL PROBLEMA DEL 9

El Barça de Pep es una máquina engrasada de tal modo que cada uno de los componentes tiene asignado su papel, dentro y fuera campo, de ahí su máxima efectividad y lo duradero de su éxito. El cambio de piezas es difícil y si se trata de una pieza fundamental puede disminuir seriamente su rendimiento. Este es el caso del delantero centro, la, para mi, inexplicable salida de Eto'o después de una temporada perfecta en la que se ganó la triple corona, supuso un trauma de tal calibre que el equipo todavía no se ha restablecido. A ello hay que añadir los problemas de vestuario que conllevó el fichaje de Ibrahimovic, que culminaron con la eliminación en Champions en semifinales y previamente en Copa contra el Sevilla. Detectado el problema del 9, Pep tuvo que coger el bisturí y extirpar el tumor y, a la vez ,buscar una solución. Tuvo la suerte de encontrarla de inmediato sacando a Messi de la banda y éste le respondió siendo bota de oro europeo. El remedio sirvió para la liga pero no llegó para la Champions. Devuelto el fiasco sueco a su lugar de procedencia, después de tirar a la basura 70MM, había que buscar una vez más una solución al problema creado hace dos temporadas con la salida del camerunés. Y se fichó a Villa por 40 MM. El guaje está en fase de adaptación, y el rendimiento está por saberse, pinta bastante bien, aunque creo que nunca llegará a la eficacia y agresividad que le dio Samuel Eto'o al equipo. Si echamos la vista atrás, desde la llegada del camerunés al Barça, siempre que éste ha estado en plenitud de facultades, se han ganado títulos, siendo vital en las finales de París y Roma. Ya sabemos todos que no volverá al Camp Nou, pero tengamos todos claro de dónde viene el problema, un problema que hasta ahora ha costado una Champions y 110 MM.

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