domingo, 26 de febrero de 2012

Veinte años no es nada


Fueron cuatro goles pero pudieron ser nueve o diez. Era la tercera jornada de Liga 92/93 y el Barça de Cruyff coronado en mayo como mejor equipo de Europa, llegaba al Calderón para jugar contra el enésimo proyecto de Jesús Gil y Gil entrenado, de momento, por Luis Aragonés. Esa temporada el Atlético tuvo tres entrenadores más: Ovejero y Omar Pastoriza que fueron alternandose varias jornadas y Cacho Heredia que se sentó en el banquillo más caliente de la Liga durante los diez últimos partidos. No es extraño que le llamen el Pupas.
La alineaciones de aquella tarde fueron:
Barça: Zubi, Koeman, Ferrer, Nadal, Bakero, Laudrup, Amor, Guardiola, Goicoechea y Stoichkov
Atlético: Abel, Donato, Solozabal, Toni, López,Vizcaíno, Alfredo, Aguilera, Schuster,Luis García y Futre
Ese día de septiembre  Luis Aragonés le planteó a Cruyff una defensa muy adelantada, casi en la línea de medio campo, algo difícil de ver en estos días pero muy de moda entonces por la influencia del Milan de Sacchi, y, en ocho minutos, Hristo Stoichkov ya había finiquitado el partido. Un par de pases magistrales al  inmenso hueco de Pep Guardiola y Ronald Koeman sirvieron para decantar el partido a las primeras de cambio. El portugués Paulo Futre, fichado personalmente por Gil (se fue a por él a Oporto con el contrato y un Mercedes deportivo), todavía en la primera parte  acortó distancias con un fuerte chut de fuera del área pero al inicio de la segunda mitad, el búlgaro de nuevo marcó el tercero del Barça y de su cuenta particular. El portugués y el búlgaro eran de sangre caliente y Urio Valázquez de mecha muy corta, así que no le costó mucho dejar a ambos equipos con diez jugadores.
A partir de aquel momento se produjo la mayor humillación que he visto propinar a Atlético de Madrid en su estadio (y ha habido bastantes). A pesar de que la pésima puntería blaugrana  solo supo acertar una , la de Amor, hubo hasta siete u ocho ocasiones de mano a mano con Abel que incomprensiblemente acabaron fuera, en el poste o rechazadas por el portero manchego que tuvo la peor pesadilla de su vida deportiva. Aquel Barça se encaminaba hacia su tercera Liga consecutiva, la segunda de Tenerife, y ya la comenzó de una forma fulgurante pues en la primera jornada habían ganado  al Madrid de Benito Floro (?) una especie de Eusebio de los noventa. Algo impensable en el Madrid actual del barroco financiero.
Como decía Carlos Gardel, veinte años no es nada y hoy regresan al Calderón Zubi y Guardiola, con muchas canas y poco pelo como ideólogos del Barça '12, una evolución darwiniana del original , y en el palco de Atlético siguen Gil2 y Cerezo, anclados en la movida de los 80, como si Almodóvar y Mcnamara todavía actuaran en "La edad de oro". Y es que el Atlético, para pesar de sus aficionados,ha evolucionado poco desde entonces.
Hoy, en definitiva, es un partido importante, pero menos. Los jugadores del Barça han podido descansar, y no sé si meditar, esta semana y dedicarse a sus empresas publicitarias mientras que el Atlético ha tenido que jugar la vuelta de la Europa League en el Calderón contra el Lazio, lo cual siempre supone o presupone algo más de frescura en las piernas de los blaugranas. Salvo lo lesionados de larga duración , Pep podrá alinear a su equipo-tipo que podría ser este: Valdés, Alves, Piqué, Puyol, Abidal, Busi, Xavi, Iniesta, Cesc, Alexis y Messi. Toca reconstruir y sobre todo, toca trasladar el buen juego del Camp Nou a los campos rivales. Habrá que tener mucho cuidado con este Atlético de Simeone, un Pepe cualquiera cuando jugaba, que necesita una victoria de prestigio para reivindicarse ante una afición necesitada de ídolos.Y es que al final el fútbol acaba siendo eso, un becerro de oro en el desierto.

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