sábado, 29 de octubre de 2011

La ensaimada mecánica de Llorenç

El personaje de Llorenç Serra Ferrer, actual presidente del RCD Mallorca, quizás injustamente, siempre irá unido, a su pesar, a la época más negra del reciente barcelonismo: primero por el recuerdo del tardonuñismo y fundamentalmente por el del gaspartismo que tanto nos hizo avergonzarnos a los sufridos culés a principios del Siglo XXI. Lo curioso es que Serra Ferrer, cuando fue fichado por Nuñez era un tipo con bastante prestigio en el fútbol español, prestigio ganado fundamentalmente en su etapa en el Betis en el que llegó a disputar una final de Copa del Rey al Barça, aquella final del malogrado Bobby Robson en el que el inefable Gaspart sobornó al de megafonía del Bernabeu para que sonara a todo volumen el Cant del Barça. Serra Ferrer, en esas jugadas maquiavélicas que tan bien diseñaba Núñez, fue contratado como Secretario Técnico (y posible recambio) en la primera etapa de Louis Van Gaal como entrenador, una pareja bastante peculiar que nunca llegó a funcionar como tal, aunque le dio al Barça dos Ligas y una Copa del Rey. Llegado el vispecident al poder, en aquellas tristes elecciones del 2000, Serra Ferrer fue designado entrenador, un cargo que le venía tan grande que apenas se le escuchaba (ni entendía) en las ruedas de prensa en las que todavía Maxenchs iba repartiendo turnos. Aquel primer año vino marcado por el fichaje de Figo por la primera edición del imperio florentiniano y por los errores garrafales en la planificación deportiva, entonces a cargo de Charlio Rexach. En fin, que como era previsible casi antes de su designación, Serra Ferrer no acabó la temporada y su entonces Secretario Técnico le sustituyó cuando iba a 17 puntos del Madrid de Del Bosque. Al final y gracias a la “mítica” chilena de Rivaldo, que fue celebrada como un gol en una final de Champions, el Barça se clasificó 4º de esa triste Liga. Ahí acabó la tormentosa relación del mallorquín de Sa Pobla en el Barça, un equipo del que siempre se ha declarado seguidor y a quien probablemente hoy injustamente se le ignore en el Camp Nou. Él no tuvo la culpa. Volviendo al más agradable presente, la buena noticia de la jornada es el regreso del dúo sacapuntas de centrales, Piqué y Puyol, que iban para pareja titular indiscutible pero a quienes un humilde y trabajador argentino de San Lorenzo les ha comido claramente la tostada. Curiosamente este año nos estamos quedando cortos por delante y ante la imperiosa necesidad de descanso de Messi, quien hoy debería esperar en el banquillo y las bajas de Pedro y Alexis, puede que el chaval de Reus, Isaac Cuenca repita en el equipo titular, aunque con Pep nunca se sabe. El de hoy debe ser un partido de trámite para el Barça, en plena fase de asimilamiento de la carga física y en el que los tres puntos son el único objetivo realmente importante. Otros pretenden ganar títulos en Octubre y tienen sus picos de forma dos meses antes de lo razonable. En diciembre conoceremos cuál es la receta adecuada.

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